martes, 25 de noviembre de 2008





PARQUIMETROS, MAS CICATRICES AL ROSTRO DE LA CIUDAD
Jacobo Vázquez.


Son 200 y costaron 33 millones de pesos, es decir que cada trasto de esos le salió a los potosinos en 165 mil pesos.
Costos monetarios aparte, hay ciudadanos inconformes pues dicen que los parquímetros a estrenarse este primero de diciembre vienen a dañar más la imagen del centro histórico potosino.
Por otro lado manifiestan ignorancia sobre el destino que tendrá el dinero que los automovilistas depositarán para tener derecho a estacionamiento.
Lo anterior por más Juan Evaristo Balderas Martínez, secretario técnico del Ayuntamiento, afirme que tales artefactos “no tienen fines recaudatorios” (¿?)

Y que “incluso parte de las ganancias irán destinadas a la creación de un fondo de pensiones para los trabajadores municipales, así como apoyo para el Heroico Cuerpo de Bomberos y la rehabilitación del centro histórico”.

Fines recaudatorios o no, si usted quiere dejar su coche junto a uno de estos armatostes, tendrá que depositar dos pesos por cada quince minutos, ocho pesos por hora, 192 pesos por día.

Por otra parte, es curioso que parte de lo “recaudado” (a despecho de Balderas) vaya a ser destinado a “rehabilitación del centro histórico”, cuando para algunos ciudadanos los citados cachivaches vienen a dañar más la imagen de la ciudad.

Tal es el caso del profesionista Marco Antonio Villa Salazar, quien ya emprendió en la red una campaña por la instalación de estos aparatos.

A Villa Salazar le resulta “irónico la instalación de estos artefactos en una zona que está en miras de ser declarada “Patrimonio Histórico de la Humanidad” por la UNESCO”.

Dice que no se conseguirá dicha Declaratoria “haciendo cicatrices al rostro de nuestro ya bastante maltratado (por el comercio formal e informal) Centro Histórico”.

Y documenta que “una cuestión similar ocurrió en el 2005 en el Centro Histórico de la Ciudad de Oaxaca donde la instalación de parquímetros amenazó el nombramiento que le fue otorgado por la UNESCO”.

Por encima de una eventual declaratoria de patrimonio histórico de la humanidad, pesó la supuesta “necesidad urgente” de los parquímetros a causa de “las bajas ventas del comercio establecido ya que la población desiste de ir a esa zona porque no encuentran lugar para estacionarse. Aunado a los niveles de contaminación en el centro que son más fuertes que en otras áreas de la ciudad", según reportaban los diarios desde el 17 de marzo del 2006.
Para entonces no había hecho crisis la seguridad pública en el estado, pues hoy más que la preocupación por tener donde estacionar sus coches, a los ciudadanos les intimida verse envueltos en una balacera en pleno centro histórico.
El “malestar” de ciudadanos como Marco Antonio Villa radica en “ver como el Ayuntamiento va a lucrar con el uso de suelo público”.
Señala “si bien es cierto que es difícil encontrar estacionamiento en el Centro Histórico; no me parece correcto que en esta decisión haya quedado excluida la voz de la "sociedad civil" que se verá afectada con estas medidas. Se supone que el Ayuntamiento al ser elegido por nosotros, nos representa; pero en el caso de los parquímetros los beneficiarios directos serán: "el comercio y el ayuntamiento".
Y añade "me pregunto yo ¿en qué será empleado lo recaudado de los parquímetros? Espero no sea en estatuas a mas personajes pintorescos locales como "Juan del Jarro" o el "Señor de las Palomas", que si bien a mi parecer están estéticamente muy bien logrados, el costo estimado de cada estatua gira al rededor de $100,000".
Más enojados estarán los “franeleros” y lavacoches cuando vean como las monedas que antes iban destinadas a sus bolsillos para provecho de sus familias, serán tragadas ahora inmisericorde y puntualmente por los tragamonedas de estos nuevos y nada lucidores “estacionómetros”.

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